Guido Rivella

Los vinos de Guido Rivella pueden resumirse en una palabra: perfección. Como enólogo de Angelo Gaja durante 47 años, Rivella sabe un par de cosas sobre la elaboración de Barbaresco. Aunque la azienda no se fundó hasta 2010, la familia Rivella fue propietaria de prácticamente todo el cru de Montestefano, en Barbaresco, durante todo el siglo XIX. Hoy, el 70% de sus uvas proceden de Montestefano, aunque también arriendan 0,5 ha en el cru Fausoni de Barbaresco, en Neive, a los suegros de Silvia Rivella.

Los Rivella realizan una vendimia en verde en agosto, dejando un 30-33% de los racimos para favorecer una maduración completa, lo que no es difícil teniendo en cuenta que la mayoría de sus viñas tienen entre 40-60 años. (A continuación, los vinos se someten a una fermentación con tapón sumergido, en la que se extraen los nobles taninos del Nebbiolo, seguida de un affinamento en barrica o tonneau de múltiples pasajes, algunos de los cuales proceden incluso de la bodega de Gaja. Un aspecto único de la producción de Rivella es el hecho de que vinifican cada una de sus pequeñas parcelas por separado en depósitos de acero inoxidable de 5-10 HL. De este modo pueden transmitir cada lugar y su respectivo perfil de añada de la forma más explícita posible al no mezclar varios terruños y sus productos.

Enrico Rivella (parafraseando a su padre) admite bromeando/no bromeando: “El 99% del trabajo se hace en los viñedos. Nuestro trabajo en la bodega es no j*derlo”.